La escuela de Don Ponciano
de Juan Antonio Lara. La obra consta de un acto único de una duración de 70 minutos, dividida en tres cuadros: La clase de Don Ponciano, La visita del inspector y Catequesis. Ambientada en el año 1960 narra las peripecias de tres alumnos traviesos en la clase de una escuela franquista. Es una obra de humor blanco y basada en las anécdotas y experiencias del autor en sus 30 años de docencia. Aunque en el trasfondo hay una crítica a la educación de aquella época, ésta se hace con humor fresco y en modo alguno hiriente. El planteamiento da en la línea de flotación de los espectadores que vivieron esa época, pues no en balde es un cuadro costrumbrista, y hará las delicias de los más jóvenes con sus ocurrencias. Don Ponciano, maestro tradicional que no tradicionalista, intenta inculcar a los niños los conocimientos propios de la época recogidos en la famosa enciclopedia Álvarez, así como, los valores de comportamiento con la sociedad.
El director de la escuela avisa al maestro de la inminente visita del Inspector, que siguiendo la tradición, revisa los cuadernos para observar el trabajo que se ha hecho con ellos y el nivel de conocimientos adquiridos.
La clase de catequesis, más relajada que las otras, pone fin a la jornada escolar por la mañana. Don Aquilino, cura bonachón del pueblo y amante del buen vino, (para la consagración) intenta inculcar a los alumnos los valores religiosos y enseñar le Historia Sagrada y el catecismo para formarlos para recibir el santo sacramento.
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